UNA BONITA REFLEXIÓN DE BORJA...
Desde hace unas cuantas semanas, cada vez que abro la prensa en internet sospecho encontrar la triste noticia del fallecimiento de Madiba.
Mi admiración por Nelson Mandela comenzó cuando vi la película ADIOS BAFANA en el cine. Ésta contaba la historia real de un funcionario de prisiones de Robben Island.
Cuando salía del cine no podía creer que sólo 14 años antes hubiera existido un sistema de disgregación racial tan cruel como el apartheid. Y aún me resultaba más difícil de imaginar, cómo Mandela (después de haber pasado 27 años en prisión), había sido capaz de perdonar a los responsables de su sufrimiento.
Entonces empecé a buscar información sobre Mandela, sus amigos (Desmond Tutu, Walter Sisilu, Oliver Tambo,…), el apartheid, los bóers, la historia de Sudáfrica,... hasta pude hacer un viaje turístico al país del arcoíris.
Está claro que la disgregación económica continúa; en Sudáfrica y en todo el mundo. La realidad dista mucho del ideal soñado por Madiba. Pero nadie puede poner en duda la grandeza espiritual de este líder. Aunque todavía no ha logrado una Sudáfrica (ni un mundo) sin disgregación, sí que nos ha convencido a todos. Incluso a los racistas que le mantuvieron 27 años en prisión. Nos ha conseguido convencer, como diría Unamuno, por dos motivos: Mandela contó con la razón y con el derecho en la lucha.
Gracias a él, Sudáfrica no entró en una guerra civil tras el apartheid. Consiguió que la mayoría no blanca (negra, mestiza,…) perdonara. Y más difícil, también consiguió que la minoría blanca, (que se preparaba para evitar por la fuerza el giro a la democracia) reconociera las verdaderas atrocidades que habían hecho. Hizo así posible una verdadera reconciliación.
Y gracias a él, Sudáfrica cuenta actualmente con una de las constituciones más avanzadas del mundo.
¡Qué falta nos hace que surjan líderes de esta calidad humana!
Pero no encuentro en la prensa noticia sobre la evolución del estado de salud de Nelson Mandela. Sin embargo encuentro otra que me llama la atención: “Aguirre asegura que el bien común exige que sólo se beque a los mejores”. No puedo estar en mayor desacuerdo.
Madiba acostumbraba a decir: “Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, si no por cómo trata a los que tienen poco o nada”. Creo que el bien común se parece más a intentar escolarizar a niños pigmeos (por muy tontos que sean) que a becar a los niños más listos. Me permito el lujo de decir a Esparanza Aguirre que tome las decisiones políticas que crea convenientes, pero que, por favor, no se justifique hablando del bien común.
Quiero terminar con unas palabras de John Carlin, el autor de El Factor Humano (libro en el que se basó Clint Eastwood para la película de Invictus). Hace unos días un artículo suyo acababa diciendo:
“Los que pasan a la historia son los que aspiran a unir pueblos. Para eso hay que desear poner el bien común por delante de cualquier otro interés, ser generoso y no mezquino, visionario y no cortoplacista, pragmático y no partidario. El ejemplo de Mandela, ante todo un ser político y no —como él siempre quiso recordar— un santo, demuestra que sí, se puede.” (http://elpais.com/elpais/2013/07/03/opinion/1372866269_376353.html)
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