A proposito del comentario de Azucena en el post de los mapas, os dejo este artículo que lei hace tiempo de la página de Africa Directo.
Desde hoy Karakara tiene 3 solecitos menos. 3 almitas que se han marchado para siempre. Han muerto 3 niños, el mismo día. De paludismo, de diarreas, de fiebre tifoidea… yo que sé. Se han muerto de pobres. De Africa. Tenían 8 meses, 1 año y 4 años. La vida recién estrenada. Se habrán cansado de tener el vientre hinchado y sin comida, de infecciones que no se curan, de fiebres que queman…He visitado a las madres, con las vecinas. Los hombres aguardan fuera, las mujeres se reúnen dentro de la casa, con sus bebés. No se han inventado las palabras para consolar a una madre que ha perdido a su hijo. Y tampoco para expresar el sufrimiento de sus miradas.

Dejémonos de preocupaciones que no son tales y ocupémonos de que vivir tenga el mismo significado en todas partes. De que los bebés puedan elegir el vientre de sus madres sin miedo a equivocarse. La vida a veces nos sacude. A mí la muerte de un niño me sacude siempre y agita todo mi ser. Me revuelve las tripas y estruja el corazón. Me resulta imposible razonar, el cerebro no funciona. Las neuronas se dispersan y no hacen contacto. Soy un interrogante gigante sin respuesta alguna. ¿Es mucho pedir que los niños vivan? Ya es hora de acercarnos, de tocarnos. De plegar el mapa por la mitad y confundir el norte con el sur. Porque el conocimiento, el verdadero, no la mentira de la televisión, no puede dejar indiferente a nadie. Porque cuando la muerte tiene nombre y apellidos resuena en nuestra consciencia por un poco más que cinco minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario